miércoles, 8 de mayo de 2013

El chicle de Sir Alex.

Mi primer recuerdo de Ferguson data de 2003. Un 2003 en el que yo tenía 5 años y por el cual el fútbol internacional en España no estaba muy visto. Mi padre era del Real Madrid y nos teníamos que tragar en casa y apechugar cada vez que el conjunto blanco disputase un encuentro.


Se jugaba en Old Trafford un Manchester United-Real Madrid. Era la segunda vez que había oído la palabra 'Manchester'. Recuerdo que en el colegio la profesora nos dijo un día que si queríamos visitar alguna vez Inglaterra, debíamos ir a Manchester. Para ella había sido la ciudad más bonita de un país que para nuestra edad no sabíamos la magnitud que podía tener en Europa. Solíamos confundir las islas británicas con Inglaterra.

El 4-3 del Manchester United al Real Madrid dejó un sin fin de cosas. Entre ellas la exhibición inverosímil de Ronaldo Nazario, uno de mis primeros ídolos de la infancia. Bueno, de mis primeros ídolos y de todos mis compañeros -Madridistas- de clase, claro. Su partido fue sencillamente perfecto, anotando un hat-trick y recibiendo una sonora ovación del teatro de los sueños al ser sustituido. Me acuerdo que mi padre me dijo que me fijase en él, que no había nadie a su nivel en el mundo. Pero yo no sé porque el hat-trick de Ronaldo me pareció una cosa normal, le había visto ya en el Mundial de Japón y Corea dos años atrás y que un jugador de su magnitud hiciese tales cosas con el balón me tenía acostumbrado. Me fijé en un individuo con numerosas pecas que estaba sentado en un banquillo que en España eran complicados de ver por su estética. No sabía quien era, ni cuantos años tenía, pero me hacía gracia su forma de mascar chicle. Le pregunté -Creo recordar- a mi padre de quién se trataba. Él me respondió. Es 'Sir Alex'.

Sir Alex, me decidí a llamarle Sir Alex. Cada vez que le veía en las noticias o por casualidad, en una foto de alguna revista que de pequeño solía comprar le llamaba Sir Alex. En todas las veces que aparecía, siempre estaba mascando un chicle en la boca. Yo pensaba que lo de mascar chicle era una moda pasajera y que en varios meses se le habría olvidado. Pero no, pasaron los años y Sir Alex continuaba con su característico chicle.

No pude imaginarme ni ser consciente que una persona que en la primera vez que la pude ver me causaba gracia, pero no respeto, iba a ser la mayor leyenda jamás existida tras Bobby Charlton en el fútbol inglés. Me di cuenta que Sir Alex no era alguien insignificante. Era la persona que había cambiado la historia del Manchester United. Él había implantado un estilo -Rácano en algunos aspectos, pero un estilo eficaz- que nadie podía copiar.

Como Ferguson había implantado su huella en Manchester, también lo había hecho con el chicle. Nunca podremos ver a alguien que tenga tanta peculiaridad y tanta eficacia al comer un trozo insignificante que no llega al gramo de peso. El chicle determina el estado de ánimo de Sir Alex. Cuando él realiza el ejercicio sin pausa y de forma vertiginosa todos deducimos que algo va mal. El chicle de Sir Alex no está siendo degustado, por lo que se debe variar en algo. Por el contrario, cuando Sir Alex se levanta muy tranquilo, su rostro de la cara no tiene un color rojizo y mastica su chicle pausada y sosegadamente Sir Alex está feliz, contento, las cosas le están saliendo a relucir de boca. De boca, sin ella Ferguson posiblemente no habría podido ser alguien en sus últimos años en el banquillo del United. Echaremos de menos su forma pragmática de leer los encuentros y como no, su peculiaridad a la hora de mascar chicle. Hasta siempre Fergie.

jueves, 2 de mayo de 2013

El mundo es original.

El mundo destaca por muchas cosas. Vivimos en una época en la que las innovaciones mantienen a nuestro planeta y en la que los objetos o las modas viven un momento de gloria para dar paso a nuevas generaciones en un futuro. Sin duda, la originalidad premia por encima de todo.

Algo similar a nuestro mundo le puede haber pasado al Barcelona, mi padre me decía hace varios meses una frase que nunca olvidaré. 'Los equipos tienen que reinventarse'. Sin duda, mi padre tenía razón. Un equipo tan trabajado técnicamente con tan pocos defectos como el Barcelona tenía que sufrir en algún momento determinado, una recaída.


Ha tenido que ocurrir en 2013, donde tras un inicio aplastante en Liga y en Champions, su juego comenzó a caer en picado. Nadie sabe el porque, si el problema es mental, si es físico, si son las lesiones...

Yo personalmente no he visto en mi vida a un equipo tan trabajado como este Barça. Es una utopía pensar en fin de ciclo. Muchos le han dado por terminado pero como todo equipo en el mundo las rachas tienen un fin.

Guardiola abandonó el club y muchos aventajaron a dictar el fin de ciclo antes de verlo con sus propios ojos. Se decidió mantener la base de Pep colocando a su segundo desde su llegada al Barcelona en el banquillo culé. Tito Villanova continuó el estilo impuesto por Pep allá por 2008 y que había traído únicamente alegrías.

Pero claro, el efecto de Guardiola en el Barcelona fue descomunal, nunca un entrenador logró tantos títulos con el club en tan poco tiempo, y lógicamente, Tito no empeoró al equipo, lo que pasa es que la motivación de Tito era distinta a la de Pep. Mientras uno hacía que sus jugadores estuviesen activos los 90 minutos, Tito optó por minimizar esfuerzos en cada faceta del juego. Además, su tratamiento con el cáncer cuando mejor estaba el equipo pudo ser decisivo a la hora de afrontar el resto de la temporada.

El punto de inflexión de la temporada para el Barcelona es el cáncer de  Tito, llegó en el peor momento, justo antes de los partidos más decisivos del año. Cuando éste se lesionó, Roura cogió los mandos. Era una persona que también conocía el club y que con Guardiola era la persona que realizaba los informes de los rivales.

El problema de Roura era su inexperiencia, ponía ganas y empeño pero le falta el carisma y la lectura que un entrenador siempre tiene a la hora de afrontar los partidos. Nadie le reprocha nada, pero quizás él no era la persona idónea para estar en el banquillo del Barcelona. Él intentó calcar a Tito, pero los resultados fueron completamente distintos.

El Barça cambió por completo. Si lo comparas con el de 2008, cuando hasta Samuel Eto'o era el primer defensor del equipo ves que hay una diferencia abismal. Pocos pueden explicar qué le pasa el equipo, si han sido las continuas lesiones de alguno de sus mejores jugadores, si ha sido el factor mental, si ha sido la motivación...

Tito volvió, pero volvió tarde. Cuando quiso cambiar las piezas ya era demasiado tarde. La frustración es máxima, es complicado recordar una temporada 'tan vacía' del Barcelona en cuanto a juego y resultados -Exceptuando el primer tercio de la temporada-. Ganará la liga pero el sentimiento será distinto, se percibirá una euforía menos alentadora.

Lo bonito de este deporte es que las temporadas duran 9 meses y en ese tiempo tienes tiempo para hacer los cambios oportunos para la siguiente campaña. El Barcelona se ha visto superado en las citas más exigentes y únicamente su verdadero nivel se ha visto en el campeonato de liga, donde firmó la mejor primera vuelta de la historia del fútbol y aventajó a sus rivales en una distancia insalvable. Eso fue con Tito y gracias a ello le ha permitido no sufrir a final de temporada, ya que en 2013 ha perdido la mayoría de sus encuentros.

Una de las cosas que más llama la atención es que cuando Puyol no está en el campo, el equipo sufre un bajón considerable. Quizás le haga falta un líder espiritual como lo es y lo ha sido siempre Puyol en Barcelona.  Cuando Puyi se marche alguien deberá coger su relevo. Es complicado pensar un futuro ahora mismo del Barcelona sin Puyol y sin Xavi. El nivel de ambos ha coincidido con el bajón del equipo en 2013 y ha tenido consecuencias muy negativas para la entidad.

Quizás y seguramente el mayor problema del Barcelona en la presente temporada ha sido la falta de un plan 'B'. Ya ocurría en la era Guardiola, con la diferencia de que Pep siempre sacaba un AS de la manga para erradicar las situaciones. Esta temporada, partidos como los de Milán en Champions, la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey ante el Real Madrid o la ida de las semifinales de la Champions League ante el Bayern ejemplifican los problemas catalanes. No había revulsivos en el banquillo como si pasase en temporadas anteriores. Los efectivos son mínimos y así es complicado querer aspirar a la máxima competición continental. La cantera te da éxitos pero en determinados momentos, hay que saber reinventarse y el Barcelona no lo ha hecho. Ha querido seguir un patrón durante varios años que ha agotado la cuerda que parecía inagotable allá por 2008. Deberá fichar si no quiere volver a pasar por esta situación en los próximos años.

El mejor Barcelona volverá, la cuestión es saber cuando. Deberá mejorar una maquinaria difícil de engrasar en los últimos meses, pero que nos ha demostrado la perfección del fútbol con un estilo inalcanzable en la élite mundial.