miércoles, 30 de octubre de 2013

España necesita a Diego Costa.

Diego Costa quiere jugar con España. Siempre es una decisión complicada dejar atrás el país en el que naciste, el país en el que cuando eres consciente siempre sueñas con algún día vestir sus colores, el país que te ha visto crecer en sus calles. Brasil reaccionó tarde, debió convocar a Diego Costa desde hace mucho tiempo, Scolari optó por la opción de los veteranos; por jugadores con mayor peso en la selección y se olvidó de un lebrazo que en dos meses iba a explotar para convertirse en una bestia al que la palabra límite no existe. En los bares, en el trabajo, en cualquier lugar, se situará el clásico debate de si Diego Costa merece jugar con España, que si critico a Diego Costa porque soy madridista, que si no quiero extranjeros en mi selección, que si hay que priorizar a los españoles...

Se me viene un caso a la cabeza muy reciente, y concretamente con la selección española. ¿Se acuerdan de Marcos Senna? Sí, el ex del Villarreal, aquel medio centro que tenía una capacidad táctica brutal y que jugaba como los ángeles. Para mí, sin Marcos Senna, España no habría acabado como campeona de aquella Eurocopa. Tras la primera fase, Senna fue una roca en el centro del campo tan famoso de Luís Aragonés en el que el 'brasileño' jugaba como único pivote posicional en una especie de 4-1-4-1, y en el que Xavi e Iniesta realizaron un torneo memorable escoltados por un jugador que antes del torneo, recuerdo que se montó un gran revuelo por su convocatoria con la selección española, debido a su tono de la piel y a su condición de extranjero. Al final del torneo, las críticas se convirtieron en elogios, porque el torneo de Senna fue una exageración.

Diego Costa no es Senna, es más bien el contraste suyo. El del Atlético de Madrid siempre se ha caracterizado por ser un jugador que no soporta la derrota, que sufre cuando no alcanza sus objetivos, que solo tiene la meta de ganar en su mente. Sus raíces brasileñas ganadoras le convierten en esa clase de futbolistas que cualquier entrenador desea tener alguna vez en sus filas, que convierte cualquier jugada inadvertida en una acción letal y que cualquier defensa teme debido a su incordio constante en acciones de ataque. Por ello, en jugador que necesita la selección española, acostumbrada a tener a delanteros sin mucha sangre y acostumbrada a no tener una referencia en los dos últimos años, tras la irregularidad de Torres y las continuas lesiones de Villa que le privaron rendir a un nivel regular. Soldado y Negredo se han peleado el puesto desde entonces, y pese a que el resultado no ha sido dentro de lo que cabe, negativo, se sigue echando en falta a un jugador que incordie, que moleste a los defensas y que no de un respiro a nadie. Esa es la esencia de Diego Costa, morder, morder, y morder hasta que su cuerpo le diga basta.

El Mundial de Brasil está cada vez más cerca, y lo cierto es que tras la decisión de Diego Costa, si nos ponemos a analizar a los delanteros de España en esta temporada, quizás Fernando Torres o Negredo en momentos puntuales se han acercado sensiblemente al nivel de Diego, que es actualmente el máximo goleador de la Liga BBVA y uno de los baluartes del Atlético de Madrid de Simeone, qué ha echo de Diego Costa uno de los delanteros más letales no sólo del fútbol español, sino de Europa. Por lo tanto, es probable que sea el delantero titular en los próximos amistosos de la selección española, y más si continúa al nivel actual.

Veremos qué ocurre con Diego Costa, pero muchos españoles soñamos con que sea él, un español nacido en Brasil, el que nos de el gol decisivo en el próximo Mundial que se celebra precisamente en Brasil en 2014. ¿Se imaginan la repercusión que podría tener eso? De momento, nos centramos en el presente, que es que España podrá contar con uno de los delanteros más demoledores del fútbol actual.


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