
Clásico bocata de jamón con tomate que los aficionados llevan al estadio para degustarlo en las pausas del encuentro.
El momento del bocadillo en un estadio de fútbol puede ser la situación más estimulosa que tienes cuando vas a ver el partido del equipo de tus amores al campo. Da igual la hora que sea, sólo importa llevarte un suculento bocadillo para saborearlo y reponer fuerzas antes de insultar o criticar al árbitro por cada mínima acción polémica en la que pite al contrario de las normas que tú equipo rige.
Los puede haber de muchas maneras, unos interpretan el saborear el bocadillo como una situación de relajación y de distracción para descontextualizar un poco el momento de tensión que ha supuesto ver a tú equipo de fútbol a escasos 20 metros de tú estancia en el campo; otros lo toman como una tradición venida de años atrás en los que llevarse el bocadillo o la bota de vino al campo era una obligación.
El problema de llevarse el bocadillo al estadio de fútbol es ¿Con qué complementamos dicha actividad? Si tenemos en cuenta los desorbitados precios que impugnan algunos estadios de fútbol -Sobretodo en las grandes categorías- hacen que la gente se planteé si llevarse la botella de agua o de Coca Cola desde su casa al estadio. Las leyes del fútbol fueron reformadas tras el altercado en el Camp Nou en el Barcelona-Real Madrid de principios de siglo, donde la gente clamó enfurecida contra Luis Fuigo, derramándose en el estadio objetos cristalinos de alcohol o incluso cabezas de cerdo sospechosas de cómo podían haber entrado a dicho lugar.
Tras aquellos altercados, la LFP decidió unificar todas las leyes con el fin de mejorar la seguridad de las personas en los estadios de fútbol, a partir de ahora si quieres entrar con tu botella de Agua o tu bebida refrescante debes quitarle la tapa antes de entrar a la infraestructura interna del estadio, algo que por mí experiencia ya he vivido en varios estadios de Primera División o Segunda en los que he estado -Bernabéu o Vicente Calderón, grandes ejemplos de la famosa unificación-. La bota de vino sigue sin estar prohíbida a día de hoy en los campos de fútbol, cada día son mayores los ejemplos de personas veteranas de este oficio que deciden llevarse el vino para complementar su bocadillo de jamón serrano en el descanso del partido.

La famosa bota de vino que a día de hoy se sigue permitiendo en los estadios de fútbol.

La famosa cabeza de cerdo lanzada a Figo en el Barcelona-Real Madrid de 2002.
Lo más irreal de un estadio de fútbol es ver a alguien sin algo que llevarse a la boca en algún momento del transcurso del partido, los ejemplos más habituales los vemos también en los jóvenes, gente que viene al estadio para hacerse foto, subirlas a la red social y más adelante intentar hacerse un nombre por el hecho de haber pisado un estadio, no les importa el resultado, ni quién haya marcado, sólo les importa si han salido bien en la foto o si tienen un grano en la cabeza, podemos evidenciar que el ejemplo femenino cada día está más presente en este grupo -Además de liderarlo-.
Para finalizar en el grupo de las personas que no saborean el bocadillo en el partido, encontramos al grupo de acompañantes de alguien que viajan al estadio únicamente para que su familiar -Ya sea hijo, sobrino, nieto...- disfrute de un favor que te lleva pidiendo desde hace mucho tiempo. Su misión es controlar a la persona a la que acompaña para no llamar la atención en el estadio y pasar inadvertido. Las personas jubiladas y veteranas complementan este selecto grupo.
Cada día evidenciamos una decadencia del famoso bocadillo que entre los finales del siglo pasado era como una religión, su fructífero pasado se ha convertido en una decadencia en los últimos años, alguien tendrá que tirar del carro para no perder una tradición que se remonta a principios de siglo XX.
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