martes, 26 de marzo de 2013

Valbuena, 'Le Petit' de Bruges.


Llega a la cita en el mejor momento de su carrera, nunca tuvo suerte en el fútbol por su escasa altura pero sus botas tienen un velcro para adaptarlo al cuero de la pelota. Mathieu Valbuena está acaparando todos los elogios en la previa del decisivo España-Francia.

Expulsado de la cantera del Girondins por su escasa altura, llegando desde un modesto equipo de 5ª división al Marsella, teniendo siempre problemas con sus entrenadores. El carácter incisivo y controvertido de Valbuena le convierten en un jugador peculiar.

La cita de Saint Denis ante España puede ser el lugar definitivo para coronar a Valbuena, un jugador que nunca tuvo el reconocimiento que él hubiese querido. Siempre tuvo la presión de ser el sucesor de Samir Nasri en el Marsella, el buque insignia del OM que dejó un vacío importante tras poner rumbo al Emirates para ser una estrella mundial. Desde que llegase en 2006, la mayor parte de los años iniciales de Valbuena en el Velódrome transcurrieron en el banco. Nunca gustó a sus entrenadores y su escaso rendimiento en los entrenamientos ayudaba muy poco. Entonces, apareció Deschamps.

Deschamps llegó al OM en 2009, a una escuadra que estaba en crisis y en reforma económica e institucional. Cuando llegó Didier a Marsella, Valbuena era un jugador de banda, con un físico muy vulgar para jugar en una liga tan exigente como la francesa. Deschamps se fijó en él tras su primer entrenamiento con el OM, el club con el que había conseguido la Champions League 16 años atrás. Comentaba Deschamps hace poco sobre Valbuena que cuando llegó a Marsella 'Era como si de una mujer que se mira al espejo cada día y piensa que es fea' y añadió que si misión era devolver el hambre a esa mujer para comerse en mundo. El matiz invitaba al optimismo, sin duda.

Las discusiones entre Deschamps y Valbuena cada temporada eran un no parar, el jugador francés criticaba el estilo de juego del entrenador y el entrenador, el rendimiento y las pocas ganas de jugar al fútbol de Valbuena. En 2010, Deschamps encontró la tecla definitiva para hacer de Valbuena un jugador reconocido en Europa.

Con la lesión de Brandao en 2010, Deschamps decidió colocar a Niang -Habitualmente segundo punta- de delantero centro, Valbuena, que estaba actuando habitualmente de suplente de Zenden en banda derecha, comenzó a jugar por detrás del punta, y rindiendo a las mil maravillas. A medida que transcurría la temporada, el rol de Valbuena en el OM comenzó a cobrar fuerza a tal punto de ser el líder del equipo a final de temporada, consiguiendo la Ligue 1 y la Coupe de la Ligue, un doblete histórico con la figura de Valbuena como estrella del equipo.

A pesar de su gran temporada, Valbuena vivió una de las mayores desgracias de su vida, todas las papeletas indicaban a que el jugador del OM entraría en la lista definitiva de Raymond Doménech para disputar el mundial de Sudáfrica, así fue, Doménech se lo llevó consigo para el Mundial. Pero de la alegría de viajar a Sudáfrica pasamos a la decepción, Valbuena no disputó ´ni un sólo minuto en aquella Euro y las consecuencias finales fueron mayores. Valbuena se definió como el 'inocente' de aquella cita.

Olvidando sus últimas decepciones, Valbuena continuó luchando para intentar ser algún día un líder en la selección. Las dos temporadas siguientes fueron las que consagraron definitivamente al pequeñito jugador nacido en la perspicaz ciudad de Bruges. Físicamente se convirtió en un toro, eso y que su liderazgo y su carácter aumentó a raudales terminaron de sostener la carga de Valbuena en el fútbol. Aquel jugador pequeñito y con ganas de comerse el mundo que no disputaba ni los minutos de la basura en el OM cambiaron por un líder con una calidad suprema y una clase al alcance de pocos jugadores en el fútbol francés. Deschamps había logrado su objetivo de innovar radicalmente a Valbuena.

En 2012, Laurent Blanc decidió convocarle para disputar la Euro de Polonia y Ucrania, como reconocimiento a la mejor temporada de su carrera deportiva. En 2012, Valbuena consiguió unas cifras demoledoras, anotando 5 goles y consiguiendo 16 asistencias entre todas las competiciones. Deschamps volvía a consagrarle en la posición de media punta, pero esta vez con excesiva libertad, la libertad que le dio Deschamps a Valbuena fue clave para el rendimiento posterior del jugador del OM. Además de su gran temporada personal, el nivel de Valbuena ayudó a conseguir la tercera Coupe de la Ligue consecutiva para el OM y otro logro aún mayor, devolver al OM a los cuartos de la Champions League tras 16 años sin estar en dicha ronda. Sin duda, la influencia de Valbuena en el OM era bestial.

Sin duda, Valbuena se dio a conocer en España en el encuentro de ida disputado en el Vicente Calderón, al descanso España derrotaba por 1-0 a una Francia sin ideas en 3/4 y con muchas complicaciones en el centro del campo. Deschamps decidió darle la batuta a Valbuena, para intentar romper a la contra y buscar lo que mejor sabe hacer Valbuena y que tanto le ha caracterizado en el fútbol, hacer el 2x1 en banda para encontrar superioridad. En cualquiera de las dos bandas, claro, eso influido por la libertad que siempre le otorga Deschamps. Su entrada revolucionó el partido y acabó dando resultado, Francia tuvo contra las cuerdas a España y acabó consiguiendo el empate a 1 por medio de Giroud.

Sus brillantes actuaciones con la selección francesa no cesaron, en un amistoso disputado en Bari entre Italia y Francia, Valbuena se sacó de la chistera una obra de arte para empatar a uno un partido que acabó llevándose Francia por 1-2 con un Valbuena inverosímil. En aquel encuentro volvió a jugar liberado, y anotando un gol con la superioridad en banda que antes comentábamos.
 

Capacidad de romper a la contra.

El 2x1 de Valbuena desde el anonimato, es uno de los factores que más definen al francés en el fútbol. El día del Calderón o el día del amistoso ante Italia son varios de los ejemplos que más evidencian el estilo de juego del francés.

A sus 28 años, Valbuena vive en el mejor momento de su delicada carrera deportiva. No sabemos si Deschamps jugará con él para buscar hacer daño a España. Pero su calidad sigue intacta y sus ganas de liderar a Francia cobran cada vez más fuerza.

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